miércoles, 19 de diciembre de 2012

Donnie



No me preguntes 
Lo que tu sabes que es verdad
No tengo que decirte 
Que amo tu precioso corazón

Yo

Yo estaba de pie
Tu estabas ahí
Dos mundos chocaron
Y nunca podrían separarnos

Podríamos vivir
Por mil años
Pero si te lastimo
Haría vino de tus lágrimas 

Te dije
Que podríamos volar
Porque todos tenemos alas
Pero algunos de nosotros no sabemos por qué

Yo
Yo estaba de pie
Tu estabas ahí
Dos mundos chocaron
Y nunca podrían separarnos.



Inmortalizada con esa voz que me dió escalosfríos ayer mientras mostraba a Donnie andando en bicicleta, soñando despierto vaya a saber qué... Y por un segundo mis lágrimas no eran por el océano que separaba tu espalda de mis brazos, sino porque recordé casi por completo esas líneas en azul, que se escribieron al imaginar que nada puede terminarse, que me mostró cuánto de tóxico hay en la puta nostalgia que abunda en esos rincones que nadie quiere pisar mas... Y ahí estaba, mientras hacía un desesperado intento para no sucumbir en mi propia miseria, fingiendo que esa película para mí era desconoocida, fingiendo una vez mas que todo era nuevo y distinto, cuando en realidad mis lágrimas sólo revelaban que sigue siendo mas de lo mismo, mas de todo lo que ya sé, mas de lo mismo, mas de lo que ya comí antes, el mismo gusto y mas de lo mismo y mas mas mucho mas de lo mismo... Sólo puedo diferenciarte esta vez, porque siento que en el lugar de corazón, pusiste un caballo salvaje dentro de ese hueco infernal, que cada vez que siento llegar al extremo de mis propios cabales, late con desenfado una vez mas arrastrando a su paso todo lo que ve, y espera el final del día, hoy, acá ahora, una vez mas. No me preguntes lo que ya sabés que es verdad...